Todos los peruanos sabemos que en nuestro país existen miles de ONG que no le rinden cuentas a nadie.

También sabemos que lo único a lo que se dedican es a sembrar odio y defender ideologías que van en contra del Perú.

Por eso, está a punto de ser reglamentada la ley que refuerza la fiscalización de estas organizaciones.

IDL, la ONG de Gorriti —el jefe de la mafia caviar, que nos cree tontos— se manda la payasada de recurrir a la justicia que él mismo controla para evitar que esta ley se aplique.

¿Hasta cuándo vamos a soportar a este verdadero mafioso controlando fiscales y jueces, y convirtiéndolos en sicarios?

Los gobiernos le tienen miedo, los empresarios le tienen miedo, los políticos le tienen miedo. Pero lo que Gorriti no sabe es que el pueblo peruano no le tiene miedo, y muy pronto tendrá que dar la cara, rendir cuentas y terminar donde debió estar hace rato.

Debemos liberarnos de esta lacra. Hay que cambiar el sistema judicial para volver a creer en la justicia.

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