
El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) celebra con bombos y platillos una supuesta «cifra récord» de afiliados a partidos políticos, pasando de 1.6 millones, en el 2021, a más de 2.2 millones para el 2026. Se quiere dar la idea de una fiesta democrática, pero la verdad es que estamos frente a la informalidad hecha política.
El crecimiento no es mentira, pero tampoco se debe a que la gente haya vuelto a creer en la política, ya que apenas el 7 % confía en los partidos. El aumento, se debe a que el sistema, modificado por el mismo «Lagarto» Vizcarra y sus secuaces, ha permitido que la proliferación de la política informal, poco sería, y que los estudios demuestran que es repudiada por la mayoría de los peruanos.
Porque el crecimiento se debe a la aparición de partidos «truchos». Pequeños grupos que uno no sabe de dónde salen, formados con el único motivo de recibir platas públicas para sus supuestas «campañas». Estas marcas vacías y sin base social son creadas por gente que no tiene ninguna posibilidad de figurar, pero que tampoco tiene miedo de ir a la cárcel o enfrentar demandas, porque su negocio es el dinero público y no la representación ciudadana.
Hoy tenemos 43 partidos inscritos, casi el doble que en 2021. Esto es el resultado de un fraude que se sustenta en una trampa. Desde el 2019, el sistema registró más de 700 denuncias de afiliados sin saberlo y con firmas falsificadas. No es militancia, es fabricación de padrones para cumplir con la ley y sobrevivir.
El JNE, al celebrar esta cifra, solo evidencia el error de un sistema que, en lugar de ordenar la política, multiplicó organizaciones sin sustento real, creando un vacío de liderazgo.
Este escenario nos lanza a ciegas de cara a las elecciones del 2026. La fragmentación extrema y las marcas vacías son el escenario ideal para que cualquier aventurero capture el poder, tal como pasó en 2021 con Pedro Castillo. El JNE celebra números, pero la realidad es que tenemos más partidos y menos verdad que nunca, lo que podría garantizar que el Perú sea ingobernable por otros cinco años.